En recuerdo de Don Fernando Ghio, un vecino notable

El Foro de la Memoria de Mataderos continúa su trabajo para preservar el patrimonio histórico-cultural, tangible e intangible del barrio. A través de su presidenta la Museóloga Zulema Cañas está gestionando con la Legislatura la colocación de una placa en el Bar Oviedo recordando a quien fue su dueño, Fernando Ghío.

El 24 de abril en el salón Montevideo tuvo lugar una reunión de asesores de la Comisión de Cultura para tratar, entre otros, el proyecto de resolución para colocar en el frente del Bar Oviedo, ubicado en Lisandro de la Torre 2407 una placa que conmemora la labor del Concejal de Mataderos. En esa ocasión la Museóloga Zulema Cañas se hizo presente para realizar la defensa del proyecto, elaborado por el Foro, que fue refrendado por la Legisladora María Magdalena Tiesso. Su presentación recorrió la biografía de este vecino notable, a partir de los resultados de un riguroso estudio realizado por la institución.

El martes 29, se llevó a cabo una nueva reunión de la Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, presidida por la diputada Cecilia Ferrero. En ese marco, este proyecto tuvo dictamen favorable, quedando en condiciones de ser tratado en el recinto.

Don Fernando Ghio nació el 3 de diciembre de 1880, proveniente de una familia de inmigrantes italianos genoveses que encontraron en la República Argentina la vital oportunidad de crecimiento económico y laboral.

A finales del siglo XIX, la familia se trasladó al barrio de Mataderos, que experimentaba un vertiginoso crecimiento debido a la actividad de los nuevos mataderos de la zona. Su padre, Juan Ghio, se desempeñaba como capataz en el saladero de Roca, que posteriormente se transformaría en curtiembre. Desde temprana edad, Fernando Ghio se dedicó a la política, preocupado por la situación social de los sectores populares urbanos, alineándose con las propuestas del líder socialista Juan B. Justo. Estos ideales abogaban por una distribución más equitativa de la riqueza y la consecución de reivindicaciones laborales, como la jornada laboral de ocho horas, el aumento de salarios, el reconocimiento del derecho a huelga, y un régimen especial de trabajo para mujeres y niños; todas consignas que ya se gestaban en el resto del mundo.

En 1900, en la esquina de la calle San Fernando (hoy Avenida Lisandro de la Torre) y Nueva Chicago (actual Avenida de Los Corrales), Don Fernando adquirió un almacén de ramos generales, conocido como «la tienda del Francés», que anteriormente pertenecía al Sr. Dufaur. En 1910, Ghio compró el negocio al Banco Tornquist y lo transformó en un bar cultural. Este espacio se convirtió en un punto de encuentro de destacadas personalidades de la época, como Joaquín V. González, Estanislao Cevallos y Mario Bravo. En estos encuentros se abordaban temas políticos, literarios y sociales, lo que consolidó al bar como un referente barrial y distrital.

Inspirado en estos ideales, Fernando Ghio fundó el «Centro de Sección Primera Nuevos Mataderos» del Partido Socialista, sin dejar de lado su contribución a la vida cultural del barrio. Formó el Teatro Vocacional y fundó el periódico «El Ciclón», posteriormente «Nueva Era», en el cual escribía bajo seudónimos, y se dedicaba a informar sobre los sucesos en el barrio y la ciudad de Buenos Aires.

Asimismo, Ghio promovió la educación de los trabajadores, especialmente los mucangueros del Mercado de Hacienda, incentivándolos a asistir a la escuela y ofreciéndoles el desayuno diario. Su biblioteca personal, abierta al público, prestaba libros bajo la condición de ser devueltos, consolidando aún más su rol en la actividad social del barrio.

El bar de Don Fernando también fue conocido como el “Bar de los Payadores”, pues los fines de semana se reunían payadores que deleitaban a los asistentes con sus improvisaciones. Entre los payadores que pasaron por allí, se destacó José Betinotti, quien se convirtió en una figura popular de la música popular argentina.

Consciente de las necesidades de los vecinos, Ghio promovió la creación de sociedades de fomento y presidió el Congreso Nacional de estas instituciones en 1917. Además, impulsó la compra de tierras en Córdoba para la creación de colonias de vacaciones para niños en situación de vulnerabilidad.

En 1921, asumió la presidencia del Club Social Deportivo Nueva Chicago, y en 1925 y 1926 volvió a presidir el club. Fue responsable de su participación en el Torneo Competencia, donde el club se consagró finalista. En 1933, impulsó la creación del Museo Municipal de Bellas Artes y Artes Aplicadas, hoy Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, especializado en arte argentino, con una vasta colección de pinturas, grabados y obras de destacados artistas nacionales.

Durante su tiempo como concejal metropolitano (1932-1935), Fernando Ghio promovió el progreso cultural y social de la ciudad, siendo uno de sus logros más importantes la estatua del Resero, un monumento dedicado a los trabajadores que trasladaban el ganado al Mercado de Hacienda, de vital importancia para la economía del país. Este monumento fue emplazado en el barrio de Mataderos en 1934, tras gestiones realizadas junto con el director del Mercado de Hacienda, Sr. Eduardo Nelly. En el ámbito legislativo, Ghio impulsó varias ordenanzas, entre las cuales se destacan la estabilidad del personal de la administración municipal, la designación de la calle «Juan B. Justo» en honor al líder socialista, la pavimentación de diversas calles y la creación de un muelle de pescadores en la Costanera.

Fernando Ghio – sintetizan los fundamentos del proyecto –fue un miembro activo de la sociedad de Mataderos, y su legado perdura como uno de los más destacados en la historia del barrio. Su labor política, social y cultural sigue siendo un referente de compromiso con el progreso y la justicia social”.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.