Proyecto de reconocimiento a Los Mocosos de Liniers  

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El Legislador Juan Pablo Modarelli presentó un proyecto para declarar de interés cultural y social de la Ciudad de Buenos Aires a la Murga «Los Mocosos de Liniers».

En los fundamentos de la misma se sintetiza la historia de la agrupación. Nació en noviembre de 1952. Sus primeros ensayos tuvieron lugar en la calle Cosquín al 1200, en la casa de Nito de Lavalle, su primer Director General. Estaban presentes los históricos murgueros, “El Tano”, “Lauchin”,” Tarantela”, Hugo Ostrower y Lomuto. Luego, los ensayos se trasladaron a la manzana de las calles Carhué y Peribebuy y, más tarde, a la terraza del bar “El Rubén”, en Cosquin y Estero Bellaco. En el final de esta primera etapa (1952-1965), los Mocosos se instalaron en el club Juventud de Liniers, donde afianzaron gran parte de su historia.

Con la llegada de la democracia, su director general “El Tano” Carmelo Pugliese, Lauchin y Tarantela, junto a Rodolfo Díaz, Carlos Carbajales, Agustín “Tinti” Fernández, Novoa, Jorge García, Tete Aguirre, Néstor Presas, Pereyra, Tachuela, Raúl y Marisa Holland, La Turca, “El Negro” Ambruzo, Patricia Moreno, La Loba y El Lobito, dan nuevo impulso a sus actividades.

En el año 1986 fueron parte del Docudrama “Mocosos y Chiflados”, dirigido por Eduardo Mignogna. También participaron en “El cantor de la vereda” y en “Buscando la Cruz del Sur”, de Jorge Huertas. Con el auspicio del Fondo Nacional de Las Artes, y dirigidos por Carlos Palacios, llevaron a cabo la obra de teatro “Sueños de una murga de verano”, una adaptación del clásico de William Shakespeare “Sueño de una noche de verano”. También participaron en obras como “Duelo Murguero”, “Guacho al truco” y “¿Qué es la murga Papá?” en el teatro Reggio. Por varios años, fueron los encargados de abrir y cerrar la “Fiesta Nacional del Teatro”, en el célebre Teatro Cervantes de esta Ciudad.

Actualmente, los Mocosos de Liniers forman parte del circuito de carnaval porteño y trabajaron incansablemente junto a otras agrupaciones de carnaval por la restauración del feriado de Carnaval.

También encontraron en la murga un espacio para desarrollar actividades sociales: talleres en distintos centros culturales, la organización del corso del barrio y, durante la pandemia realizaron ollas populares, entrega de viandas y bolsones a las familias necesitadas.

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