El Club Atlético Vélez Sarsfield es referencia identitaria tanto del barrio de Liniers, donde se emplaza actualmente su estadio, como del de Villa Luro, donde se encontraba el histórico “Fortín” desde 1924 hasta la década del 40.
Así fue reconocido por la Legislatura de la Ciudad que en 2018, por Resolución 43/2018 declaró de Interés deportivo, turístico y cultural al Estadio José Amalfitani y dispuso la colocación de una placa en su ubicación de Av. Juan B. Justo 9200, en el barrio de Liniers.
Del mismo modo, en diciembre de 2024, se aprobó en segunda vuelta, luego de la realización de una Audiencia Pública, la Resolución 473, que expresa su “reconocimiento al Club Atlético Vélez Sarsfield por ser referente para la identidad cultural del Barrio de Villa Luro” y dispuso la colocación de una placa conmemorativa en la calle Basualdo 460, con el siguiente texto: “En este lugar funcionó el estadio de fútbol del Club Atlético Vélez Sarsfield, conocido popularmente como el «El Fortín de Villa Luro». Homenaje a cien años de su inauguración en reconocimiento a este sitio como un lugar emblemático de la historia e identidad barrial. 1924 – 16 de marzo – 2024”.
El proyecto de norma fue presentado por la Comunera Lorena Crespo y el Legislador Juan Pablo Moldarelli en octubre de 2023, y acompañado por los legisladores Javier Andrade, Maia Daer, Claudio Américo Ferreño, Berenice Iañez, Claudio Alberto Morresi, Laura Velazco y Franco Vitali.
El Club Atlético Vélez Sarsfield fue fundado en 1910 y sus equipos jugaban en distintos terrenos arrendaba. El 13 de marzo de 1923 asumió como presidente José “Pepe” Amalfitani, quien sería titular por 30 años, y cuyo nombre lleva el estadio de Liniers. Entonces, el club alquiló un terreno ubicado en la manzana comprendida por las calles Basualdo, Pizarro, Guardia Nacional y Schmidl (Villa Luro), en una zona alejada del centro urbano, con calles de tierra y extensos potreros. Este estadio, conocido popularmente como «El Fortín de Villa Luro», fue inaugurado el 16 de marzo de 1924.
Contaba con tribunas de madera, las primeras techadas en el país. Tras sucesivas mejoras, que incluyeron la construcción de las tribunas en sus cuatro laterales y su iluminación, se disputó allí el primer encuentro nocturno del futbol argentino, el 7 de diciembre de 1928. Ese mismo año el estadio recibiría el nombre que lo identifica: “El Fortín”. El autor de esa denominación fue el periodista Hugo Marini, jefe de deportes del diario Crítica, y aludía a la apariencia de la canchita y a su fama de baluarte.
En la imagen, una fotografía aérea de 1940. Fuente USIG- GCBA
En el año 1940, el Club ingresó en una profunda crisis, perdió la categoría y comenzó a sufrir una debacle económica que implicó el desalojo del predio donde se ubicaba el estadio. El Fortín fue demolido y, desde entonces, funcionaron en el lugar distintas instalaciones con diversos usos. Amalfitani, tomó la decisión de mudar el club a un bañado del arroyo Maldonado, donde luego de ser rellenado, se levantaron las tribunas con los tablones del viejo Fortín. El 11 de abril de 1943, Vélez inauguró su propio campo de juego y en 1946 se aprobó la compra de los terrenos. Un año más tarde, se colocó la piedra fundamental para la construcción del actual estadio y los viejos tablones de madera del Fortín de comenzaron a ser reemplazados por una estructura de cemento, inaugurada en 1951.
Hoy en día, señalan los fundamentos de la resolución “no quedan rastros del Fortín de Villa Luro, un lugar emblemático no sólo para la historia de la institución, sino del mismo barrio. En este sentido, vale destacar que en el año 2002, cuando esta Casa Legislativa aprobó la Ley 949 por la cual se establece todos los 1° de Diciembre como el día del Barrio de Villa Luro, entre sus considerandos se menciona la inauguración del estadio de la calle Basualdo en 1924, como un hito en la historia barrial”.
Es por ello, que al cumplirse cien años de su inauguración, los legisladores promueven la señalización de este espacio, con el objetivo de “generar mecanismos que contribuyan al fortalecimiento de las memorias barriales, a través de distintos dispositivos que permitan visibilizar hitos, hechos, lugares y personajes notables que hacen a su a su historia e identidad”.
