Escribe Liliana Elguezabal
Para describir el crecimiento de las ciudades los arquitectos y urbanistas hablan de tres procesos: extensión, consolidación, densificación. El primero se refiere al momento en que un territorio comienza a ser ciudad, cuando lo que era un espacio ocupado por quintas u otros usos rurales, se parcela en lotes urbanos, se abren calles, y empieza su poblamiento. El segundo tiene que ver con el completamiento de los servicios urbanos (cloaca, agua, electricidad, pavimentación, transporte público) y de la edificación. Finalmente, la densificación está relacionada al crecimiento de la población asentada en el lugar y la edificación en altura. ¿Cómo se dieron estos procesos en nuestro barrio?
La extensión de la ciudad: del centro a los barrios
La Ordenanza Nº 45.966 de 1993 instituye el día 14 de abril de cada año como «Día del Barrio de Mataderos». Se recuerda así la fecha en que, en el año 1889, se colocó la piedra fundamental de los nuevos mataderos, que desplazarían a los tradicionales Corrales Viejos, ubicados en la zona de Parque de los Patricios.
A fines del siglo XIX, principios del siglo XX la ciudad de Buenos Aires, con su centro consolidado y densificado, creció hacia los barrios. Se ha llamado a este proceso “la primera suburbanización de la Ciudad. El historiador José Luis Romero se ha referido a la conformación de dos Buenos Aires, la del centro, aristocrática, de clases altas, con grandes residencias y una cultura importada de Europa y la de los barrios, donde se comenzaba a desarrollar una cultura nueva, sobre la base de la mezcla del criollo y el inmigrante.
Mataderos se inició entonces con la implantación del Mercado de Hacienda y los primeros loteos. Avanzó con la apertura de calles y la llegada del tranvía, las primeras escuelas y las primeras asociaciones vecinales. Se fue consolidando con la construcción de las casas tipo chorizo, la localización de industrias vinculadas a la carne y los comercios que abastecían a una creciente población.
Alrededor del Mercado de Hacienda se localizaron importantes industrias. Graserías, triperías, frigoríficos, fábricas de embutidos y curtiembres, pero también otras ramas de la producción.
El Frigorífico Modelo, autorizado por Ordenanza de 1927, se inauguró en 1931 y todas las actividades de matanza pasaron a desarrollarse en el Matadero Municipal. Su objetivo era la modernización de los procesos de matanza y desguace.
En estos primeros años se comienzan a definir los elementos significativos de la identidad barrial, la que queda ligada a la actividad agropecuaria y al procesamiento de la carne y a los mitos y personajes ligados a ella (el gaucho, el trabajador de los frigoríficos; el campo y la ciudad). Esto queda plasmado en el nombre (Mataderos) y en la elección de la figura que, algo después, será adoptada como símbolo barrial: el Resero.
La consolidación de un paisaje de industrias y casas bajas
A fines de la década del 30, pese a la existencia de algunos grandes baldíos ya es una zona urbana consolidada, caracterizada por un paisaje de edificios industriales y casas bajas. Así se ve en la foto aérea oblicua 1939, que ilustra esta nota.
Al respecto dice Vecchio: “En 1938 todavía hay en el barrio muchas hectáreas baldías, a pesar de que en los últimos años se ha edificado vertiginosamente. Se calcula que lo habitan aquí más de 30.000 personas, y en el Mercado de Hacienda trabajan cerca de 5.000.”
La industria de la carne se fue ampliando con otras conexas (curtiembres, seberías, chacinados, triperías) y luego a partir de 1930 con toda clase de industrias (cosmética, textiles, acero inoxidable, entre otras).
Los grandes baldíos se irán completando con establecimientos industriales, nuevos loteos como los que dieron origen al Barrio Naón (década del 40), y la construcción de conjuntos habitacionales por parte del estado como el Barrio Los Perales (1949) y el Justo Suarez (1972).
La densificación
La década del 60 marcaría el inicio del proceso de densificación. La construcción en altura avanza de la mano de la Ley de Propiedad Horizontal, aunque no llega en nuestro barrio a conformar áreas densas. También aumenta la concentración de comercios y servicios. Hasta 1957 sólo operaban en la zona el Banco Nación y el Banco Provincia. A partir de entonces otros bancos se emplazan principalmente sobre Av. Alberdi, consolidando el centro comercial del barrio.
Ofelio Vecchio, el historiador barrial, registra algunas de estas primeras construcciones en altura. En 1970, se habilita el edificio construido por Crédito Alberdi (entidad financiera para crédito y consumo) en Juan B. Alberdi 6023. Son tres cuerpos, de 10 pisos con nueve departamentos cada uno. En el local de planta baja y el primer piso, entonces ocupado por la entidad, se encuentra hoy la sede de la Obra social del personal del GCBA. En 1969, había comenzado a trabajar en el barrio la Cooperativa de Vivienda y Consumo, que construyó dos edificios de seis pisos ambos sobre Artigas: el primero, en esquina con Oliden y el segundo en esquina con Murguiondo. Otras construcciones de la época sobre esta Avenida son los de Alberdi 5497 (9 pisos), Alberdi 5674, Alberdi y Corvalán (8 pisos).
Mientras tanto otras acciones del estado modifican el paisaje de Mataderos. En 1972 se refacciona el Mercado Nacional de Hacienda. En 1978 comienza a demolerse el edificio del frigorífico, y se abre la calle Directorio separando el Mercado de Hacienda de ese predio que luego será vendido a Laboratorios Roemmers y otros establecimientos industriales y de logística. También se inaugura el Parque Juan Bautista Alberdi. En 1981 se demuele el hospital Juan F. Salaberry.
En 1977 se sanciona el Código de Planeamiento Urbano, para orientar el crecimiento de la ciudad. Éste define las zonas próximas al mercado como de usos industrial exclusivo, zonas residenciales de viviendas individuales, como el barrio Naón, otras para construcción en altura como las próximas a Av. Alberdi y otras mixtas con vivienda y talleres. Estas últimas son las que más se ajustan al tejido característico del barrio.
Sin embargo no se conformó en Mataderos ningún corredor continuo de edificios en altura. Éstos siguen siendo una presencia aislada, mostrando sus medianeras en un entorno de casas bajas.
El análisis de edificación a partir de la cantidad de pisos de los edificios (incluido en el estudio realizado en 2009, por la Secretaría de Planeamiento), mostró que la gran mayoría (92,1%) tienen entre 1 y 2 pisos, el 7,4% corresponde a edificios de entre 3 y 5 pisos y 0,4% a aquellos que cuentan entre 6 y 9 pisos, mientras que los edificios de gran altura representan un porcentaje insignificante, ya que de los más de 14.500 construcciones totales de Mataderos, solo12 edificios poseen más de 10 pisos, de estos sólo cuatro tienen más de 15. Esto permite entender a Mataderos como un barrio de baja a media densidad de edificación.
Se puede decir que la especulación inmobiliaria no vio en nuestro barrio un territorio propicio para el desarrollo de sus negocios. No predominan las torres ni la edificación en altura. Mataderos conserva sus características de barrio popular, con casas bajas, talleres, industrias y una intensa vida barrial.