En el siglo XX, los cines de barrio fueron muy importantes. Junto con la pizzería favorita, los locales tradicionales, la esquina y la propia calle o avenida que los albergaba y relacionaba completaban los centros barriales como espacios de paseo y encuentro vecinal. En la década del 50 Mataderos llegó a tener 5 cines. En Liniers, recordamos al menos dos. Hoy sólo perdura el cine El Plata, defendido tenazmente por la comunidad barrial.
El Capitolio y el Edison en Liniers
En Liniers, el centro comercial sobre la Avenida Rivadavia fue lugar de paseo y encuentro social. Un centro de prestigio que trascendía al barrio.
En la segunda mitad del siglo XX, se produjo el crecimiento y densificación de los barrios y los centros locales se desarrollaron con edificios en altura, subdivididos en propiedad horizontal, con locales en planta baja y a veces en primer piso. A este programa se solía agregar algún local destinado a reuniones sociales o fiestas, en general en primer piso. La planta baja, cuando la forma y superficie del terreno lo permitía, se organizaba como galería comercial.
Este desarrollo significó, en Liniers, la pérdida de los tradicionales cines. Sobre la misma cuadra de Avenida Rivadavia se destacan dos galerías importantes. Ambas desplazaron a los cines del barrio. Donde funcionaba el viejo cine Capitolio, se inauguró la Galería Liniers en 1956. Donde existió el cine y teatro Edison, se inauguró en 1965 la Galería Crédito Liniers.
El Cine Teatro Capitolio fue Inaugurado el 18 de febrero de 1927, y sus primeros propietarios fueron los Hermanos Vignoli. Años más tarde, el 15 de marzo de 1933, los Vignoli inauguraron un segundo cine contiguo al Capitolio, el Edison, con 1.500 localidades distribuidas en un edificio Art Déco del arquitecto Jorge Kalnay. Por este pasaron figuras de la talla de Carlos Gardel, Florencio Parravicini y Hugo del Carril.
En Mataderos, el Nueva Chicago, Alberdi, El Plata, Gran Buenos Aires, Oliden
En el caso de Mataderos, la Avenida Alberdi ,el cine El Plata, la pizzería El Cedrón, la confitería San José, la plaza Salaberry (que heredó la tradición de la calesita), las murgas en los festejos de carnaval son algunos elementos que adquieren sentido como lugar de la cultura local y la identidad barrial.
En 1918 se inauguró el Cine Jorge Newbery, primero de la zona, en Tellier 2353. Cuenta Ofelio Vecchio que en había en su hall “un cartel que decía «Prohibido entrar sin zapatos», por los mucangueros, que solían andar descalzos y con sus pies engrasados. El Cine cambió su nombre, por Nueva Chicago. Existió por espacio de cuarenta y tres años, hasta 1961.
El segundo cine del barrio se inauguró en 1925, sobre la Av. Juan Bautista Alberdi, con el nombre de Cine Teatro Alberdi. Era propiedad de Pedro Accame, y se hizo popular por las presentaciones de artistas famosos, pues era, además, teatro y lugar de espectáculos. Se dice que actuaron Gardel, Magaldi, Corsini, Charlo, Libertad Lamarque, Tita Merello, Rosita Quiroga, Hugo del Carril, entre otros.
Además de espacio de espectáculos fue lugar de encuentro de vecinos y trabajadores. En 1948, se realizó allí una asamblea de los obreros del Frigorífico, para tratar asuntos gremiales referidos a un pedido de mejoras en los sueldos. El conflicto desencadenó una huelga, que fue reprimida por la policía con agentes a caballo que arremetían contra los trabajadores. Durante estos acontecimientos fue atropellado el padre Revoredo, conocido como el Cura Gaucho de Mataderos.
El Cine El Plata, ubicado en la Av. Alberdi al 5751/53/55, comenzó a funcionar en 1945, en un edificio de estilo racionalista, con características similares a los cines de la calle Lavalle, por lo que se lo llamó “el Gran Rex de Mataderos”. Su sala tenía capacidad para 1.500 espectadores, 800 en la platea, y el resto entre pullman y superpullman. Estrenaba las películas en simultáneo con los cines del centro.
Funcionó hasta 1987. En ese año, la propiedad fue vendida a “Fontana Hermanos” (una casa de electrodomésticos) y, hasta los primeros años del 2000, fue utilizado como depósito.
En el año 2004, los vecinos reunieron miles de firmas en un petitorio, presentado a la Legislatura Porteña. Ésta declaró la recuperación del cine de interés cultural e instó al Ejecutivo a comprarlo. Así en 2005 fue adquirido por la Corporación Buenos Aires Sur, para transferirlo al Gobierno de la Ciudad con destino a Centro Cultural con Cine y Teatro.
En 2007 se conformó la Coordinadora Vecinal por el cine El Plata con el objeto de defender el destino cultural para el edificio y promover su puesta en valor. En diciembre de 2018 la Legislatura sancionó la Ley 6126 que dispone la puesta en valor del edificio, y su incorporación al Complejo Teatral Ciudad de Buenos Aires, bajo la órbita del Ministerio de Cultura.
En 1954 se inauguró el Cine Gran Buenos Aires, en Avenida del Trabajo 5427, donde funcionó durante unos treinta años.
En 1956 comenzó a funcionar el cuarto cine en el Barrio: El Oliden, al 1400 de la calle del mismo nombre. La propiedad era de la Iglesia, pero lo explotaba la empresa del señor Sapio. Funcionó durante cinco años. Hoy es un espacio comunitario y cultural dependiente de la parroquia de San Vicente De Paul
Los cines de barrio en la memoria de los vecinos
Conversamos con vecinos y vecinas del barrio, intercambiando anécdotas y recuerdos de momentos vividos, cuando, siendo chicos o adolescentes, “íbamos al cine”.
Recordamos haber ido a ver las funciones “continuadas”, llevando comida y bebidas para permanecer varias horas mirando la pantalla.
Los programas se integraban con un mínimo de tres películas, que se proyectaban en las secciones Matinee, Vermouth y Noche. Entre películas se proyectaba el noticiero “Sucesos Argentinos”, semanal, con una duración de diez minutos. Tenía separadores con textos, música de fondo, y voces en off de locutores como Carlos D’Agostino, Enrique Mancini, Eduardo Rudy y Cacho Fontana. Se proyectó en los cines desde 1938 hasta 1972. Su creador fue Antonio Ángel Díaz, un empresario, dueño de una agencia de publicidad y de la revista Cine Argentino.
Néstor nos cuenta que en la década del 50 y la del 60 “los miércoles eran días de damas. Entonces iban las madres y abuelas llevando a sus hijos o nietos. Yo iba con mis dos abuelas, Ángela e Ignacia. Me llevaban a ver las películas de Joselito, del Cisco Kid. Daban tres películas continuadas y en el intervalo, el número vivo. El número vivo era gente, casi siempre del barrio, que actuaba para hacer tiempo mientras cambiaban el rollo de la película. Había un señor que llevaba los rollos de película de un cine a otro, que casi siempre viajaba en moto. Entonces para hacer tiempo a que hagan el cambio en diferentes cines, se presentaba el número vivo. Y entre película o en el intervalo pasaba el vendedor de helados, garrapiñadas y turrones, y decía “Chocolate, bombón helado”. Ya más grandes íbamos a repartir volantes para entrar gratis”.
“El chocolatinero se desplazaba con la bandeja al cuello entre los asientos” – agrega Graciela– Lo primero que me viene a la memoria es el bombón helado, el rectángulo sin palito, envuelto en papel metalizado”.
“Son los recuerdos que quedan del barrio. ¡Qué linda época! Entrábamos al cine de día y al salir era de noche” – dice Juan – “Cuando estábamos en la puerta contando las monedas para entrar, nos campaneaba el dueño y si no alcanzaba, nos daba la plata que faltaba para entrar”.
Por su parte, Mariela nos dice “En mi época, año 1987 o 1988, ya había una sola película. Vi Chatrán, Ico el Caballito Valiente, Trapito. Mi mamá me llevaba sanwiches de milanesa”
El cine como lugar de las “rateadas” merece un comentario especial. Juan dice que “el Gran Rivadavia, en Floresta, y el San José de Flores eran para ratearse al cole”. Adriana coincide “Mis rateadas eran al Gran Rivadavia. Allí fui a ver Susan y Jeremy, la Aventura del Poseidón, todas para sufrir”. En cambio para Néstor el lugar para la “rata” era el Gral. San Martín.
Hoy, el Cine Teatro El Plata
Como componente del Complejo Teatral de Buenos Aires, el Cine Teatro El Plata presenta, a sala llena, espectáculos de alto nivel artístico. Asimismo, vecinos y vecinas celebran los aniversarios de su reapertura con festivales de los que participan escuelas, instituciones culturales y artistas del barrio. Además, los viernes, en el hall,hay espectáculos tangueros gratuitos, con músicos en vivo, parejas de exhibición y dj de milonga.
Ahora el pedido es que tenga actividad los siete días de la semana, que se abran las salas de cine y que se concrete el Centro Cultural, más abierto y participativo para incorporar a las expresiones propias de la cultura barrial.
“¡El cine el plata no se cierra nunca más! ¡Lo reabrimos con la lucha popular, lo defendemos con la participación de todes! ¡Arriba el telón!”, son las consignas que siguen movilizando a la Coordinadora en Defensa del Cine El Plata.